Parada ENCE24 de marzo 2014. La planta de Lourizán de Ence inició su parada técnica anual, que se desarrollará hasta el 1 de abril: La detención del proceso será aprovechado por la factoría para realizar actuaciones relacionadas con la mejora ambiental de la planta, la reducción de emisiones de vapor de agua, la incorporación de nuevas tecnologías y la optimización de la eficiencia energética. Según el director de la fábrica, Antonio Casal, después de esta parada, que supone el cese total de la producción, «lo primero que podrán notar los ciudadanos es que continuamos reduciendo la visibilidad de emisiones de vapor». Explica que «llevamos dos años haciendo inversiones para acabar con esta estampa que durante años se conoció de la fábrica». Además de una reducción de olores e impacto visual, entre las tareas previstas figuran las destinadas a mejorar «obtención de eficiencias» en la producción de energía con biomasa y de pasta de celulosa totalmente libre de cloro. «En los próximos meses -afirma Casal- habrá otras inversiones importantes».

La parada en cifras
Todos los años se produce un paréntesis en la actividad para realizar labores de mantenimiento y, por norma general, durante el mes de marzo. Sin embargo, la parada de este año es algo excepcional, dada la inversión prevista, de 7,6 millones de euros, y el número de operarios que intervendrán en la operación: 1.475, casi el doble de los que interactuaron el año pasado.  Durante la parada anual, a los trabajadores de Ence se suman 1.127 operarios, 407 de ellos procedentes de empresas de la comarca, según subraya la empresa, que destaca que «en las instalaciones de Ence en Pontevedra se reunirán 757 profesionales del municipio y de otros próximos», en los que incluye a los 350 trabajadores de su plantilla propia y otros «407 vinculados a 16 firmas como Enxenería e Montaxes Rías Baixas, Metalyset, Taelpo o Metaca, de Marín». Otras 400 personas proceden de fuera de Galicia.

Proceso técnico de parada
De forma simultánea, comienza la paralización de la producción de pasta de celulosa y de energía de biomasa. La cocción de la última partida de madera se realizó ayer a las 05.00 de la madrugada y finalizó a las 6.50 horas. Por norma general, el proceso de producción de celulosa tiene una duración de doce horas, porque tras la cocción se suceden las fases de lavado de la pasta, blanqueo, secado, empacado y amacenamiento. Sin embargo, la parada técnica obliga a ser más puntillosos y a vaciar algunos tanques de la fábrica, lo que provoca un retraso de unas horas. Así, la última tonelada de pasta no estará lista hasta primera hora de hoy, momento en el que se apagarán todas las máquinas. 
La producción de energía a partir de la lignina, también conocida como licor negro y caracterizada por ser el segundo componente principal de la madera, se mantuvo hasta las cuatro de la tarde, cuando se dio por consumida toda la materia aprovechable de la última tandada de madera. La que seguirá operando hasta el último momento será la caldera de biomasa, que genera energía a partir de la corteza de los troncos de los que se extrae la celulosa, los restos de árboles que no se aprovechan para la producción, parte de los lodos que se forman en el proceso de depuración y cerca de 700 toneladas de biomasa que Ence adquiere a proveedores externos. Según los responsables de la pastera, esta última es la que tarda más en apagarse, ya que es la que «genera el vapor de agua necesario para terminar el proceso de producción de pasta».

Fuente: Elfarodevigo.es   Diariodepontevedra.galiciacae.com